Si deseas conectar la imagen del jamón ibérico con un paisaje impresionante, la Dehesa de Extremadura es el lugar ideal. Este ecosistema único, donde el cerdo ibérico se cría en libertad, es la cuna de uno de los productos más valorados de la gastronomía española.
Si bien el jamón ibérico se produce en varias regiones de España, como Salamanca, Teruel, Córdoba y Huelva, es en la dehesa extremeña, particularmente en la provincia de Badajoz, donde esta tradición se vive con una intensidad especial. Esta zona montañosa abarca tres comarcas y agrupa a 33 municipios, siendo la producción del jamón ibérico el pilar fundamental de su economía.
Una ruta en coche por estos encantadores pueblos no solo te permitirá degustar el más exquisito jamón ibérico, sino que también te brindará la oportunidad de sumergirte en la rica cultura que rodea a este producto. La Ruta del Jamón Ibérico Dehesa de Extremadura te invita a explorar y disfrutar de cada rincón de esta tierra.
Explorando la Ruta del Jamón Ibérico
La Ruta del Jamón Ibérico es un recorrido que incluye localidades emblemáticas como Fregenal de la Sierra, Higuera la Real, Jerez de los Caballeros, Llerena y Monesterio. Cada uno de estos pueblos ofrece no solo delicias gastronómicas, sino también un patrimonio cultural fascinante.
Los visitantes pueden disfrutar de actividades que van desde la degustación de jamón hasta la visita a museos y centros de interpretación que revelan los secretos de este manjar. Por ejemplo, el Museo del Jamón de Monesterio ofrece una experiencia interactiva que enseña sobre las características del jamón de la región.
En el Centro de Interpretación del Cerdo Ibérico en Higuera la Real, ubicado en un antiguo claustro jesuita, los visitantes pueden aprender sobre la crianza del cerdo ibérico y su importancia en la producción del jamón.
La Dehesa de Extremadura: Un ecosistema único
La dehesa es un ecosistema característico de la península ibérica, y las dehesas de Jerez de los Caballeros son el bosque más extenso de España. Este espacio natural abarca más de 300.000 hectáreas de alcornoques y encinas, y durante la época de montanera (de mediados de octubre a mediados de marzo), se convierte en el hogar de los cerdos ibéricos, que se alimentan de bellotas.
Durante este periodo, los cerdos recorren grandes distancias en busca de alimento, engordando a medida que se alimentan, lo que mejora la calidad de la carne y la infiltración de grasa. Este proceso es fundamental para la obtención de un jamón ibérico de calidad superior.
Los paisajes que se pueden apreciar en este recorrido son simplemente impresionantes. Los meses de invierno y primavera son ideales para disfrutar de las vistas de las dehesas verdes y los cerdos pastando libremente.
El proceso de elaboración del jamón ibérico
La elaboración del jamón ibérico sigue un proceso tradicional que comienza en el momento de la matanza. Es en esta etapa donde los jamones son extraídos del cerdo y se presionan para eliminar la sangre y otros fluidos. Posteriormente, los jamones se enfrían a cero grados durante una noche.
Al día siguiente, se les da forma, y luego se sumergen en sal durante aproximadamente 21 días, aunque la regla general es de un día y medio de sal por cada kilogramo de jamón. Este proceso es crucial para preservar el sabor y aroma del jamón.
Una vez salados, los jamones son transferidos a bodegas secaderos, donde se inicia el proceso de curación, que puede durar hasta dos años, dependiendo del tipo de jamón.
Bodegas secaderos de jamones en Extremadura
La Ruta del Jamón Ibérico Dehesa de Extremadura ofrece la oportunidad de visitar diversas bodegas secaderos de jamones, que pueden ser tanto industriales como artesanales. Una de ellas es la bodega Cayetano Paontojo, en Higuera la Real, que utiliza un proceso de secado artificial inicial durante 90 días, seguido por un secado natural que puede extenderse hasta tres años para los jamones de bellota.
Por otro lado, también se pueden visitar bodegas como Jamones Ibéricos de Fregenal de la Sierra, que utiliza métodos totalmente naturales en un edificio histórico. Este lugar, que originalmente sirvió como secadero de tabaco, permite que los jamones se curen con el aire fresco y natural que entra por las ventanas.
En esta bodega, los jamones son expuestos a temperaturas controladas para lograr el sabor y la textura ideales. Un aspecto interesante es que la flora blanca que a veces cubre el jamón es completamente inocua, mientras que la flora verde es eliminada con aceite.
¿Paleta o pata de jamón? La eterna pregunta
Una de las cuestiones más debatidas entre los amantes del jamón es si es mejor la paleta o la pata de jamón. Mientras que algunas personas prefieren la paleta por su sabor, otros argumentan que la pata ofrece más carne. Sin embargo, vale la pena mencionar que las paletas son más difíciles de cortar, lo que puede influir en la elección.
Un jamón ibérico de bellota de calidad debe tener características específicas: un tamaño alargado, pezuñas negras y una caña fina. El precio de este manjar oscila entre 35 y 40 euros por kilo, y de una pata de 8 kilos se pueden obtener aproximadamente 4 kilos de jamón.
El corte del jamón es todo un arte que requiere tiempo y habilidad; un experto puede tardar hasta dos horas en realizar un corte óptimo, maximizando el aprovechamiento del producto. Así que, ¿estás listo para saborear un auténtico jamón ibérico?
Para aquellos que deseen conocer más sobre esta experiencia única, aquí hay un video que resalta los aspectos más destacados de la Ruta del Jamón Ibérico en Extremadura:






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